viernes, 19 de junio de 2009

"La organización" Capítulo 1

Detuve la moto en la puerta del hotel que mi tío Morguel me había indicado para aquella noche, el casco impedía mi completa respiración por lo que no tardé demasiado en quitármelo para tomar una larga bocanada de aire.
Odiaba aquella ciudad y todos sus habitantes, desde que apenas era una niña ese odio se había ido intensificado, los veranos que había pasado allí, y los perpetuos trabajos que le obligaban a pasar más tiempo del que quisiera entre millonarios ambiciosos y pobres drogadictos. ¿Por qué nunca podían caer en manos de gente normal?.
Cuando entré en la recepción del hotel un enorme hombre, que a lo lejos lo hubiera confundido con un gorila cuatro por cuatro, se me acercó como si me conociera de toda la vida.
- Saludos Yain.- La cara que se me quedó supongo que era una mezcla de extrañeza y de asco al ver aquellos enormes círculos de sudor bajo sus axilas, como si me hubiera leido el pensamiento sacó un enorme pañuelo que tal vez en antaño fue blanco y se lo pasó por la frente, secando parte de ese sudor tan repugnante.
- Y tú eres... -
- !Oh! perdona por no presentarme. - Se encuadró en modo de respeto a un superior, con la mirada alzada al techo y con firmeza se presentó. Al parecer era miembro de la asociación, una especie de relaciones públicas entre las distintas ciudades bajo nuestro control y casualmente había pasado por ahí, por lo que el viejo Morguel quiso que nos conocieramos. Él siempre había dicho que la organización funcionaba gracias a sus miembros y que si uno no cumplía su parte todo se iría al garete.
- Oh... !Encantada!-
- Yo soy el que está encantado. !No sabía que en la organización hubiera chicas tan atractivas como tú, aunque tu tío siempre está tirándo flores a su querida sobrina! !Que si su sobrina era la buscadora más cualificada! !Que si su sobrina será quien diriga la organización dentro de unos años!. ¿Es cierto que los has visto? ¿Realmente existen?.- Mi mirada no se apartaba de aquellas babas que salían de su boca a cada palabra que decía. ¿Realmente la organización iba bien con tipos como él?
- Siento no poder pasar más tiempo contigo. Pero estoy cansada y mañana debo trabajar. ¿Lo entiendes verdad?.-
- Oh claro, claro. !No quiero interrumpirte más!- Me tendió la mano y esperó pacientemente a que yo decidiera si estaba lo suficientemente poco sudada como para estrecharsela, pero jamás llegué a decidirme, por lo que pasé por su lado y palmeé con suavidad su hombro, mientras mentía con la más falsas de mis sonrisas y decía "Espero que volvamos a vernos"

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