viernes, 19 de junio de 2009
"La organización" Capítulo 3.
Una ducha rápida, un desayuno express por el que tuve que pelearme con el camarero, negándose a darme nada después de las diez y una moto esperándome en el lugar que la había dejado el día anterior, mi hermosa harley me esperaba ansiosa de ser montada.
Saqué mi pequeña maquinilla de la organización y pulsé varias veces seguidas su pantalla mientras me ponía el casco. Varios pitidos y la imagen de un radar apareció, esperando ansiosa a que la siguiera.
!Vaya! Iba a ser más rápido de lo que yo pensaba encontrar ese medallón. !Aún no me había movido y ya había recibido su señal!. Una sonrisa se esbozó en mi rostro cuando arranqué la moto y me puse en marcha.
Mi cara se desencajó cuando vi el lugar donde parecía estar el medallón, un palacete con las puertas cerradas de las más altas cunas de la ciudad. Busqué con la mirada a alguien a quien preguntar y encontré a un guardia sentadito en una silla, sin hacer lo que debía hacer. Vigilar.
- Disculpe. ¿Sabe de quien es este palacete?.- Alzó la mirada, me miró de arriba a abajo evaluándome, primero mis cabellos negros, mis ojos verdes, mis labios carnosos, mi cuello desnudo, mi escote pronunciado y mis ajustados pantalones. Realmente valía la pena contestarme.
- Es del señor Rodewell, esta noche hará una gran fiesta y por eso está cerrado. Lo están arreglando todo.-
- ¿Una fiesta? ¿En honor a que?- El guardia parecía dubitativo, pero al final mi pestañeo incansable pareció vencer.
- Primero una cena, luego un baile y por último la subasta de una reliquia familiar, pero no se lo digas a nadie. No queremos paparazzis.-
- Oh... comprendo... No se preocupe.- Esbocé mi más simpática sonrisa e hice un movimiento de cabeza como agradecimiento.
- No querrás ir a tomar unas cervezas conmigo, ¿verdad?.
- Verdad.-
Me alejé en dirección a mi moto, me senté y marqué varios números seguidos en mi teléfono móvil.
- ¿Tío?... Si soy yo... Necesito que me metas en la lista de acceso a la fiesta del señor Rodewell. Ajá.. Y creo que tendré que usar la tarjeta de crédito... No te preocupes... Lo sé...-
Ese era el momento favorito para ese tipo de trabajos.. !IR DE COMPRAS!. ¿A que mujer con tarjeta de crédito no le gusta eso?
"La organización" Capítulo 2.
Ya hacía mucho tiempo que las señales por aquella zona habían desaparecido.
Trasteé buscando algo en mi mochila, hasta que saqué una pequeña máquina que emitía un suave pitido ante el contacto de mi piel, como si hubiera detectado mi deseo de usarlo, la pantalla comenzó a trabajar, cientos de imágenes se sucedieron una tras otra, hasta que se detuvo.
Me asomé y la miré bajo la luz de la lámpra, sobre la imagen descansaba un título "El medallón de Edion". Una rápida mirada y memoricé las características del medallón, cadena dorada con pequeños destellos azulados y un enorme medallón de color burdeos que parecía emitir luz propia.
Sería otro fácil trabajo... Lo llevaba haciendo toda la vida, para eso había sido educada. La busqueda de objetos mágicos. Ya había devueltos miles a su mundo, el último, la tiara de la Elfa reina.
Esta vez... no iba a ser diferente... ¿O si?
Me quedé dormida con esos pensamientos y todo pareció desaparecer a mi alrededor... Realmente estaba cansada.
"La organización" Capítulo 1
Odiaba aquella ciudad y todos sus habitantes, desde que apenas era una niña ese odio se había ido intensificado, los veranos que había pasado allí, y los perpetuos trabajos que le obligaban a pasar más tiempo del que quisiera entre millonarios ambiciosos y pobres drogadictos. ¿Por qué nunca podían caer en manos de gente normal?.
Cuando entré en la recepción del hotel un enorme hombre, que a lo lejos lo hubiera confundido con un gorila cuatro por cuatro, se me acercó como si me conociera de toda la vida.
- Saludos Yain.- La cara que se me quedó supongo que era una mezcla de extrañeza y de asco al ver aquellos enormes círculos de sudor bajo sus axilas, como si me hubiera leido el pensamiento sacó un enorme pañuelo que tal vez en antaño fue blanco y se lo pasó por la frente, secando parte de ese sudor tan repugnante.
- Y tú eres... -
- !Oh! perdona por no presentarme. - Se encuadró en modo de respeto a un superior, con la mirada alzada al techo y con firmeza se presentó. Al parecer era miembro de la asociación, una especie de relaciones públicas entre las distintas ciudades bajo nuestro control y casualmente había pasado por ahí, por lo que el viejo Morguel quiso que nos conocieramos. Él siempre había dicho que la organización funcionaba gracias a sus miembros y que si uno no cumplía su parte todo se iría al garete.
- Oh... !Encantada!-
- Yo soy el que está encantado. !No sabía que en la organización hubiera chicas tan atractivas como tú, aunque tu tío siempre está tirándo flores a su querida sobrina! !Que si su sobrina era la buscadora más cualificada! !Que si su sobrina será quien diriga la organización dentro de unos años!. ¿Es cierto que los has visto? ¿Realmente existen?.- Mi mirada no se apartaba de aquellas babas que salían de su boca a cada palabra que decía. ¿Realmente la organización iba bien con tipos como él?
- Siento no poder pasar más tiempo contigo. Pero estoy cansada y mañana debo trabajar. ¿Lo entiendes verdad?.-
- Oh claro, claro. !No quiero interrumpirte más!- Me tendió la mano y esperó pacientemente a que yo decidiera si estaba lo suficientemente poco sudada como para estrecharsela, pero jamás llegué a decidirme, por lo que pasé por su lado y palmeé con suavidad su hombro, mientras mentía con la más falsas de mis sonrisas y decía
miércoles, 22 de abril de 2009
*La marcha a la batalla I*
Avancé hacia los patios traseros de la torre. A cada paso que daba, tras de mi iban uniéndose mas guerreros que mantenían un paso rítmico, mis hombres...
Las monturas ya estaban preparas cuando el sol nos cegó tras abandonar las sombras de la torre, los dragones negros nos esperaban impacientes con las alas dobladas a la espalda y sus escamas iluminadas por el sol.
Esta vez no hubo música, ni vítores, ni siquiera el rey se asomó para darnos su bendición. Mis hombres y yo subimos a las sillas de los dragones y cogimos las riendas. Cuando las alas se desplegaron varios hombres fueron impulsados hacia atrás por el aire brusco que produjeron.
Un simple silbido, y los guerreros alzaron el vuelo. Ni tan siquiera el batir de las alas de nuestros dragones hacían ruido... Silencio. El silencio de aquellos que van hacia su destino, hacia una muerte segura, a la guerra que siglos después fue conocida como... "La última batalla"
martes, 10 de marzo de 2009
*La ladrona y el guerrero* Aira
Los más pequeños acompañados de sus madres se acercaban a los bufones y trovadores que llenaban las calles de canciones e historias. Los hombres participaban en las peleas que se celebraban en diferentes puntos de la localidad para demostra cual de todos ellos era el más fuerte. Los jóvenes aprovechaban las distracciones familiares y desaparecían de los lugares transitados, para encontrarse con sus amados.
La música envolvía las calles que resultaban ser un hervidero de ladrones que deseaban hacer un buen negocio. Las denuncias de robo se volvían habituales durante aquellas épocas, pero mucho de los delincuentes jamás eran capturados.
La encapuchada avanzó por la ciudad hasta detenerse en una maltrecha taberna, en la que se adentró con paso lento. Un rápido movimiento y la capucha cayó hacia atrás dejando escapar una larga melena pelirroja en enormes rizos.
- ¿Ya has vuelto Aira? Hoy es uno de los días que más trabajo tenemos en el año y ¿ya has regresado?- La joven alzó la mirada y observó detenidamete a la tabernera.-
- Tengo suficente por hoy.- Aira hizo resonar con suavidad las bolsas llenas de oro que había conseguido en la mañana.- Igualmente ahora iré a jugar al poker.
- ¡Que tiemblen las mesas de las tabernas! ¡Ahí va Aira!-
La joven pelirroja suspiró y pidió un vaso de leche, ya que no le gustaba el alcohol y la última vez que lo había probado... Un recuerdo la hizo temblar intentando olvidar ese recuerdo mientras se alejaba a una de las mesas escondidas en las sombras, lejos de las llamas de la chimenea.
Cuando salió a la calle fue la primera vez que le vio, los clamores envolvieron la plaza cercana a la taberna.
- ¡Es el quinto!- Gritaba alguien entre las multitudes.
Aira se acercó curiosa y lo observó, aquel joven tenía un cuerpo fuerte y en su rostro se mostraba una sonrisa fría, parecía que sabía desde un principio cual iba a ser el destino de la siguiente pelea. El golpe del cuerpo al chocar al suelo fue sonoro y estuvo acompañado por un "uhhhh".
Aira aburrida de aquellas absurdas peleas se colocó la capucha y avanzó mientras preparaba varios ases en su capa.
lunes, 9 de marzo de 2009
*El cazador cazado* Última parte
Damian observó con cierta alegría el lugar que segundos antes había ocupado y que ahora se encontraba siendo atravesado por la espada del ángel. El joven descendió y se apoyó en el tejado contiguo.
La mirada de Gabrielle seguía tan impasible como en el principio. La misma mirada de entonces.
El cuerpo del joven tembló de ira al darse cuenta de la impotencia que sentía. Giró sobre si mismo y comenzó a correr, intentando alejarse lo máximo posible de aquella criatura maldita, o al menos eso fue lo que pensó ella.
Gabrielle soltó una risita mientras se impulsaba para perseguirle.
- Si la presa no huye, no es divertido...No seas como tu abuelo... que ni siquiera pestañeó cuando mi amada espada le devoró.-
Damian se detuvo con brusquedad, cerró los ojos y esperó. Su olor cada vez se encontraba más y más cerca,su respiración regular pronto le resultó perceptible a sus oidos, incluso, supo diferenciar el ruido dela espada cortando el aire.
El joven se agachó en el último momento, se giró y el tiempo pareció detenerse, la espada negra atravesó el aire, anticipándose a cualquier movimiento de su contrincante. Los ojos de Gabrielle se abrieron de par en par cuando la espada atravesó su pecho con brusquedad, el miedola hizo temblar mientras su cuerpo era absorvido por el metal.
- ¡No! - Una pequeña explosión y las alas de la joven se separaron en cientos de plumas grises que llenaron el oscuro cielo.
Damian cogió una de esas plumas y la observó antes de dejarla caer a la carretera húmeda.
- Con los años, el rey de los depredadores debe prepararse para ser superado por alguien más joven y fuerte. Gabrielle... tu equivocación...- Observa la hoja de la espada que parece brillar con más fuerza ahora que ha comido.- fue pensar que eras más fuerte que yo.
*El cazador cazado* Tercera parte.
- Damian, tú eres un guerrero, un cazador de la sociedad...-
- ¿Un cazador?-
- Una raza destinada a matar, o morir.- Una extraña fragancia que no había percibido hasta aquel momento le llamó la atención, el anciano olía a ... ¿Sufrimiento?- Somos atraidos por la fragancia de aquellos que son igual que nosotros y guiados por la sed de sangre que tienen nuestras espadas...-
- ¿Matar?.- El anciano se contrajo sobre si mismo como si luchara contra algún tipo de impulso... el olor del niño era demasiado potente para él... La inocencia debería de estar deliciosa...
- La vida del cazador es dura y solitaria... A partate lo máximo de los lugares muy transitados o te verás obligado a pelear... Y sobre todo... Sobrevive... - Como si supiera lo que estaba apunto de ocurrir, en su mano arrugada apareció una esfera blanca que se convirtió lentamente en una larga espada.
Y entonces llegó... aquel olor a Rosas y muerte...
El anciano observó con semblante serio a la encapuchada que se encontraba ante él...
- Damian... ¡Lárgate!- El niño intentó obedecer y salir corriendo, pero la espada le mantenía en el lugar sin poder moverse, las lágrimas surcaron sus mejillas.
El grito desgarrador del niño envolvió el patio cuando la espada de la encapuchada atravesó el pecho de su abuelo. No hubo sangre. La espada con un grito de victoria devoró el cuerpo de su contrincante.
Aquellos ojos, lo más azules que nunca había visto... jamás los olvidaría...
La encapuchada se marchó por donde había venido mientras susurraba "No me mancharé las manos por cazar cachorros, pudiendo cazar presas de verdad..."
Algunos años después, en uno de sus muchos viajes por el mundo, haciéndose más fuerte, Damian descubrió quien era ella, en aquel mundo de peleas era muy conocida por la velocidad con la que mataba a los espadachines más experimentados. En la pirámide de los cazadores, ella era la cúspide.
Gabrielle, el ángel maldito.
sábado, 7 de marzo de 2009
*El cazador cazado* Segunda parte
- No soy el de aquella época-Susurró él, y se encogió sobre si mismo y impulsándose hacia arriba, su cuerpo salió disparado hacia el techo, el cual abrió con facilidad anteponiendo la espada... "El material más duro que jamás puedas conocer es el material con el que se forjó esta espada."
Damian se apoyó en el tejado con suavidad y preparó su arma. Un ruido sordo le hizo girar velozmente sobre sus pies y detener el golpe de Gabrielle.
Su cuerpo se petrificó cuando sus ojos la vieron, de la espalda de la joven nacían dos emplumadas alas que seguramente en antaño fueron blancas, pero que ahora, eran de un color gris sucio.
Él saltó nuevamente sobre ella, pero lo único que logró fue ejercer demasiada fuerza y que la espada se clavara en el tejado cuando ella le esquivó alzando el vuelo.
Levantó la mirada y la observó. Realmente, en el cielo, con sus alas ergidas, sus cabellos ondeando y la espada empuñada, parecía un angel... Por ello tal vez, la conocían como el ángel maldito...
Y su mente viajó durante unos instantes entre los pasillos de los recuerdos...
*El cazador cazado* Primera parte
El joven que acababa de llegar sacudió la cabeza para quitarse algo de la lluvia que le había mojado, aunque lo único que consiguió es que las mesas más cercanas gruñeran enfadadas.
Alzó la mirada lentamente, aspiró con fuerza y otra vez ocurrió, ese embriagador olor, único, que había sobrevivido durante generaciones, rosas y muerte unido en un mismo perfume.
Una rápida mirada al local, su mirada se detuvo en una figura, al final de la barra de madera, donde la luz brillaba por su ausencia.
El joven avanzó con paso decidido hacia la figura, apartando a los borrachos que se cruzaban por delante, hasta que la pudo ver con claridad. Una joven se encontraba sentada en aquel rincón, sus cabellos negros caían lacios sobre sus hombros, sus manos blancas aferraban como si temieran perderla una copa casi vacía de lo que hacía unos minutos podría haber sido cocacola con algún licor y sus ojos... Eran los más azules que él jamás había visto. Apenas un paso más y la joven clavó la mirada en él, la respiración se le entrecortó, como si alguien le estuviera apretando el pecho y no le dejara respirar, ese olor a rosas y muerte le embriagaba .
- He venido a buscarte, Gabrielle...- Apenas un segundo y ella se encontraba en pie, dejando ondear sus cabellos.
- No deberías haber venido Damian...- Las piernas del joven comenzaron a temblar, la mirada de tranquilidad que le observaba estaba poniendo nervioso.
La joven alzó con suavidad la mano y varias pulseras resonaron en sus muñecas, una esfera azulada apareció en ella, una espada con la hoja azul y empuñadura dorada destelleó antes de ser blandida con fuerza.
- No se debe cazar a presas mayores, porque sino, el cazador puede ser cazado...- Aquella voz melodiosa envolvió el lugar y poco a poco los presentes parecieron caer dormidos, ajenos a lo que estaba ocurriendo.
Damian movió la mano lentamente y una esfera negra apareció en ella, similar a la de Gabrielle, poco después fue sustituida por una espada que aferró con ambas manos, la hoja negra pareció gritar sedienta de sangre.
- ¡Dejarás de ser un mito Gabrielle!-
Y él se lanzó sobre ella...
*La historia de Tatiara* Epílogo
- Creo que lo mejor es que nos separemos.- El joven Gerie,que aquel día fue a buscar a Tatiara había tomado la palabra.
- Sí, después de lo ocurrido, es una deshonra llevar el nombre de Nenshú.- Aquella frase se clavó en la mente de la niña como agujas.
Cuando cayó la noche la mayoría ya se habían marchado, Tatiara se encontraba sentada a la orilla del río.
- Vente conmigo Tatiara.- Gerie le sonreía de forma triste.- No creo que sea buena idea dejarte sola después de todo lo que ha ocurrido.- Silencio...
- Venga, vámonos- Silencio...
- ¿Tatiara?- El joven intentó agarrar a la niña y zarandearla para hacerla volver en sí, pero su mano traspasó su cuerpo como si se tratara de agua.
- Así que ya has tomado tu camino...- La imagen comenzó a desaparecer lentamente.- Suerte... Lider, espero que algún día nos vuelvas a unir bajo un mismo estandarte...-
....
Y una canción resonó no muy lejos de allí de los labios de una pequeña encapuchada maldita, en cuya espalda descansaban dos afiladas hachas.
- Somos Nenshú, en sangre y alma, somos reyes de magia y armas...
*La historia de Tatiara* Capítulo 6
- ¿Que has visto?- En el rostro de su padre, no había enfado ni ira, y aquello la atemorizó más, seguía encontrándose aquella sonrisa tierna... Las lágrimas comenzaron a surcar las mejillas de Tatiara, quién agarró con fuerza las dos hachas de su espalda al ver que su padre se acercaba con paso amenazador hacia ella, con la espada alzada.
- ¡Tú has matado a Dan! ¡Tú fuistes el causante de que las sombras llegaran al poblado!-
- Lo he echo por ti, no es justo que heredes un poblado con débiles en los que la magia apenas se encuentra latente, esas mujeres que tras la primera muerte comenzaron a temblar, esos niños que lloraban por la noche, no eran verdaderos Nenshú, ¡ahora podrás heredar un pueblo fuerte! Dan y el hechicero intentaron detenerme, ¡Descubrieron mis planes! ¡No podía dejar que impidieran que la Tribu se fortaleciera!-
- ¡Te odio!- Una extraña fuerza invadió a la niña, una sed de sangre inhumana se apoderó de ella y ocurrió algo que ni ella misma comprendía años después. Cerró los ojos y se dejó llevar. El jefe de la tribu observó con horror el poder de Tatiara. Un aura roja, casi sanguinolienta la envolvía, varias voces parecían salir del interior... Sus hachas de madera se convirtieron lentamente en hierro con extrañas runas y sus manos fueron guiadas por aquellos que habían fallecido bajo las sombras.
Dan guió sus hachas mientras susurraba al oído de Tatiara: "Pronto... todo acabará..."
...
Cuando volvió a abrir los ojos, su padre se encontraba arrodillado ante ella, su rostro desmarcado y su pecho atravesado.
- Maldita...- Gruñó él haciendo un gran esfuerzo para poder hablar, atragantándose con su propia sangre.- Yo te maldigo hija de las sombras, revivirás mi muerte, revivirás en tu piel este momento, se te abrirán mis heridas y sentirás mi dolor. Revivirás este día durante semanas, meses, años... ¡Siglos!. Cada vez que sientas el miedo que has sentido hoy... ¡Yo te maldigo criatura de las sombras!- Y dio su último suspiro cayendo de bruces al suelo..
Tatiara se dejó caer de rodillas, sin fuerza, vio con terror que sus manos se encontraban manchadas de sangre, que sus ropas no eran más que harapos y que a su lado ya no se encontraba Dan. No recordaba lo que había ocurrido durante el enfrentamiento.
Miró al cielo y vio con cierta alegría qe la oscuridad se iba disipando poco a poco y que el sol volvía a brillar.
Un extraño humo envolvió el poblado... Las sombras estaban desapareciendo con la llegada de la luz. Todo había acabado... por fin.
viernes, 6 de marzo de 2009
*La historia de Tatiara* Capítulo 5
Se encontraba mal, muy mal... Conocía perfectamente a Dan y era imposible que él hubiera traicionado a la tribu. Él era un verdadero Nenshú, ni siquiera había pestañeado cuando el arma de su padre se había acercado peligrosamente a su cuello.
Desde su muerte, ya no había nadie que detuviera los espasmos de Tatiara causado por los silbidos de las sombras, siempre acababa tirada en algún rincón, con los ojos en blanco y temblando mientras decía cosas sin sentido.
El temor en la tribu cada vez era mayor, las tres o cuatro mujeres que aún seguían vivas, habían decidido huir con sus hijos y parejas... Pero nadie supo que fue de ellos tras traspasar el campo que supuestamente protegía los terrenos de los Nenshús.
Aquella noche a Tatiara se le hizo tarde, había estado entrenando todo el día con varios jóvenes y niños más, preparándose para la gran batalla.
Caminó serpenteando las tiendas, cortando camino entre ellas y fue entonces cuando lo vio. Su padre se encontraba allí, hablando con una de ellas. ¡Una sombra!. La presencia de la niña no pasó desapercibida, la sombra desapareció y el lider de la tribu se giró mirándola al principio con cierta ira y luego de forma cariñosa.
- Tatiara... ¿Qué has visto?
*La historia de Tatiara* Capítulo 4
Un joven superviviente se acercó a ella con paso lento, lo reconoció nada más acercarse, él había sido el último en sufrir una pérdida, su comprometida había aparecido la noche anterior en su lecho con el rostro desgarrado.
- Tu padre te llama, parece importante...- Su voz no era más que sufrimiento contenido...
Tatiara se secó el sudor de la frente y con paso decidido se encaminó hacia la tienda principal, cuando corrió la lona y se adentró en la oscuridad, encontró algo que ni a sus peores enemigos jamás hubiera deseado.
Dan se encontraba arrodillado y maniatado ante su padre, sus cabellos rebeldes enmarcadan su mirada desafiante. El arma del lider se balanceaba hacia delante y hacia atrás, esperando dar la estocada final.
- ¡Él es el culpable! ¡Él nos ha vendido!.-
-No...- Apenas un tartamudeo de los labios de la niña.
- Él es el causante de la muerte de Keia, dejó paso a las hombras y les enseñó como traspasar nuestro escudo, ¡Nos ha dejado indefensos ante ellos!- Dan mantuvo la mirada desafiante a su atacante y ni siquiera pestañeó cuando la hoja del hacha atravesó su cuello.
Los gritos de Tatiara atrajeron a los habitantes del poblado. La sangre bañó el suelo y las manos del asesino mientras las lágrimas corrían por las mejillas de la niña.
-¡Asesino!- Tatiara corrió hasta el cuerpo sin vida de su amigo y compañero, dejó caerse sobre él y allí estuvo, hasta que algunos Nenshús quitaron el cuerpo sin vida de allí.
jueves, 5 de marzo de 2009
Hoy no hay más mundos.
Gracias por vuestra atención :D.
miércoles, 4 de marzo de 2009
*La historia de Tatiara* Capítulo 3
Casi siempre era Dan quien la rodeaba con sus brazos. Desde la muerte de Kiria, él no se había separado ni un solo momento de Tatiara.
Aquella tarde la apartó de la tribu y la guió hasta el río. Todo el mundo sabía, que ambos serían los herederos de los Nenshús, así se había decidido tras su nacimiento y así lo habían aceptado ellos.
La niña se dejó abrazar or aquellos brazos cálidos y permitió que la mano de su compañero le quitara un mechón rubio de cabello que caía sobre su rostro.
- Pronto se solucionará todo... y cuando eso pase tú y yo nos casaremos. Me da igual que aún seamos pequeños- Tatiara alzó la mirada, lo cierto era que Dan ya tenía edad para comprometerse, pero había preferido esperarla a ella.- Pero nos vamos a casar...
Se observó en el agua del río. Sus ojos se encontraban rojizos opr el llanto que desataba cada noche, sus cabellos rubios enmarañados, las dos pequeñas hachas que descansaban en su espalda raidas por la falta de uso... Había dejado de lado muchas cosas desde que su hermana había muerto, y no podía seguir así.
La pequeña le dió un suave beso en la mejilla a Dan, y con paso decidido se encaminó hacia la zona de práctica.
Se iba a hacer fuerte e iba a acabar con todas aquellas malditas sombras, luego se casaría con Dan y todo volvería a la normalidad.
La cuentacuentos, Yo.
Mi nombre es Lara y tengo 17 años (Para los 18), soy estudiante de 2º Bachillerato tecnológico y si todo va bien, el año que viene entraré a estudiar ingeniería en Telecomunicaciones.
Soy una persona bastante antisocial, vivo en mi mundo de fantasía (de donde salen la mayoría de estas historias) y según las personas que tengo cerca, bastante pesimista y tétrica (Tal vez sea de ahí la causa de que mis historias a veces sean un poco gores...).
Soy una gran aficionada a la literatura fantástica, tanto a nivel nacional como internacional, aunque soy de la creencia que la literatura fantástica Española debería ser más conocida.
Desde siempre me ha gustado leer y escribir, pero aunque me avergüenze tengo que admitir que hasta hace poco nunca había terminado una historia.
Gracias a los años que he estado jugando a rol con cientos de personas, mi mente se ha ido volviendo más y más creativa. Porque, aunque haya mucha gente que piense que el rol es malo, te enseña a internarte en los personajes y a darles tal vida, que llegan un momento en el que sean capaces de hablar y moverse solos. Cosa que en las historias se agradece.
Llegados a este punto no se que más contar :$.
Espero de todo corazón que estas historias os trasladen a mundos de fantasía inimaginados...
*La historia de Tatiara* Capítulo 2
En los días siguientes, el cielo se oscureció aún más, impidiendo que el sol se dejara ver, unas extrañas sombras habían comenzado a deslizarse disimuladamente entre las tiendas dejando escapar un agudo silbido que destrozaba los oídos de los habitantes del pueblo.
- Padre... ¿Por qué no huimos?- Tatiara miró a su hermana pequeña, Keia apunto de echarse a llorar miraba suplicante a su padre, el cual respondió de manera fría y cortante.
- Somos Nenshús, nuestra raza no es una cobarde.- Aquellas palabras se clavaron como alfilares en la memoria de Tatiara durante años.
Desde que el viejo haía profetizado la llegada de las sombras, horribles casos habían envuelto a la tribu, cada noche que pasaba, se encontraban más cuerpos de niñas y jóvenes sin vida.
Por más que habían intentando frenar estos ataques con magia, las sombras siempre encontraban alguna fisura por la que internarse en el escudo y acabar con la vida de alguien.
Tatiara y Keia se tumbaron en el lecho que compartían desde hacia años, hicieron bromas para quitarse el temor de ser las siguientes y entonaron una antigua canción que decía así.
*La historia de Tatiara* Capítulo 1
Antigua tierra de Narshal...
Los Nenshú eran una reducida agrupación de guerreros por cuya sangre latía el poder de la magia. Todo el mundo temía su poder, pues se defendían tanto con armas como con magia, el temor del resto de pueblos les llevó a alzar las tiendas al noroeste del reinado, apartados del resto de los poblados.
Tatiara era una niña por aquel entonces, su edad oscilaba entre los siete u ocho veranos cuando todo comenzó. Hija del lider de la tribu, princesa y heredera del pueblo.
Como cada tarde la niña fue a visitar al gran anciano del pueblo, le agradaba hacerle compaía pues le explicaba grandes batallas que los Nenshú habían vivido años atrás y también le contaba leyendas sobre el nacimiento de su pueblo, la unión de dos seres inhumanos, historia de la cual todos los miembros de la tribu estaban orgullosos.
Cuando Tatiara se adentró en la tienda con su habitual sonrisa y la reverencia de respeto, los gritos del Chamán resonaron por todo el lugar.
- !Niña, lárgate!- Tatiara extrañada y ofendida se marchó, mascando maldiciones hacia el viejo.
Horas después, el sol desapareció en el horizonte y todo la tribu fue llamada a la hoguera que descansaba ante la tienda del Anciano.
El chamán se encontraba sobre una masa de hielo y fuego que seguramente había creado él mismo. Él alzó las manos y con un rápido movimiento una esfera dorada apareció sobre todos ellos, la cual, comenzó a oscurecerse lentamente.
- Profetizo, aviso y os preparo para lo que está por llegar. Muerte, desastre y oscuridad se cernirá sobre nosotors. Dolor, sufrimiento y mucho miedo nos devastará. Sombras. Sombras traidas del inframundo para acabar con nosotros. Pactados por uno de los nuestros. !Ya llegan! !Es el fin! !Ya están aquí!.-
Una ráfaga de aire frío envolvió el lugar, la esfera dorada ahora ya no era más que una sombra que iba desapareciendo poco a poco, y sin ella el cielo se oscureció.
Ya había comenzado...
*El reencuentro*
Con pasos temblorosos caminó hacia el encapuchado que la esperaba en silencio. Mientras ella avanzaba, muchas imágenes pasararon por su mente, tantas, como años habían pasado juntos en el pasado.
martes, 3 de marzo de 2009
*El último suspiro*
Mis ojos se cerraron en un intento agónico por evitar ver aquel rostro tan familiar.
El frío metal de la daga, la cual un día me perteneció, se hacía paso entre la carne de mi vientre mientras la sangre comenzaba a impregnar las manos de mi asesino.
-¿Por qué? - Apenas un susurro que desaparecía mientras mi cuerpo caía hacia atrás atraido por la madre Tierra.
- Hermano... ¿Por qué?- Y su llanto rompió el silencio de la noche.
